lunes, 12 de diciembre de 2011

La vida no me sacia desde que te fuiste

Hace ya poco más de una semana que te marchaste y todo es muy diferente.

El primer día que entramos en la casa fue como una sucesión de imágenes que no paraban de venirse a mi cabeza...
Tu sofá, tu reloj, tus anillos, tu colgante, tus gafas, tu insulina, tus zumos sin azúcar de piña y uva, tus fotos, tu mesita de noche, tu colonia, tu olor impregnado en tu parte de la cama de matrimonio, en la almohada, tu reposapiés, tus zapatillas, tu ropa, tu mantita...

El abuelo no había llorado jamás en su vida así, incluso lo escuché pedir clemencia a Dios preguntándose el porqué de tu fugaz partida... Creo que esa noche solo le faltó ponerse de rodillas y darse un tiro que le volara la tapa de los sesos...

Mamá ya ha empezado su vida 'normal', su rutina; pero no por eso no te recuerda, ni mucho menos; y la tita sigue en casa, limpiando por las mañanas y trabajando por la tarde.

Yo ahora mismo estoy en la universidad, en una de esas horas en las que te sientes inspirado pero no tienes ganas de sacar el folio para estructurar poesías y prefieres dedicarle unas palabras a alguien... ¿Quién mejor que a tí?

Sabes que me arrepiento de muchas cosas que han pasado, y de muchas otras que nunca llegaron a pasar; ojalá pudiera volver atrás para enmendar errores y arreglar lo que me parece equivocado.

Pero bueno, pienso que es mejor así; que hay que afrontar las cosas tal y como las eliges, tal y como vienen; pero de momento no me siento con muchas fuerzas de afrontar una realidad, un día a día, una mañana, una tarde y una noche sin tí.

Tengo altibajos... hay momentos en los que viene el bajón y al rato se me pasa; días que estoy bien y días que estoy por los suelos; ¿y quién mejor que tú lo sabe? Pero que conste que te lo cuento porque me gusta mucho hablar contigo, disfrutar de tu voz y de tus silencios cuando eran necesarios, me apasionaba que estuvieras en el sofá del salón y que yo fuera a darte por saco con eso de: '¿Tú me quieres? Pero... ¿mucho o poco? A ver dime cuento... ¿Así? ¿Asíí? ¿ASÍ? ¿Solo? ¿No tienes cosquillas? Sí que tienes! jajaja'.

Siempre respondías que parara, que te hacía daño a veces, que no me tirara encima tuya que ya no podías ni con mis piernas... pero apuesto lo que sea a que te encantaría volver a estar allí sentada esperando a que yo llegara y te hiciera las mismas tonterías que hacían brotar en tu cara una sonrisa de corazón.

Simplemente, he descubierto que la vida no me sacia desde que te fuiste; he cometido errores, sí, pero nunca dejé de ser sincero en todos los 'te quiero' que te dije, y me jode mucho que se me empañen los ojos de lágrimas cuando veo tus fotografías.
Ya no sé que duele más, si verte en ellas sonriendo o recordarte...

Solo espero que sigas ahí cada mañana para despetarme de esa forma tan desagradable que tenías, pero que ahora echo en falta; que estés ahí en tu sofá cada tarde cuando llego de la universidad para tirarme sobre tí; y que sigas arropándome y apagándome la televisión cada noche a las 3 de la mañana cuando ya me había quedado dormido...

1 comentario:

  1. Son esas palabras que solo salen en ciertos momentos... Esa inspiración a la que renunciaríamos si supiésemos lo que duele...
    Lo siento.
    Un abrazo Luismi.

    ResponderEliminar